Los formadores deben usar su criterio para hacer que los participantes se sientan cómodos y comprometidos con el ambiente del aula, considerando su perfil y limitaciones de tiempo.
El formador le pide a cada participante que coja una hoja de papel normal (formato A4) y escriba una pregunta relevante para el tema que pueda hacerse a los demás estudiantes. Después de escribir la pregunta (por ejemplo, “¿Cuáles son las principales dificultades que enfrentas como migrante?” O “¿Alguna vez habías sido migrante?”): se aconseja a los participantes que se pongan de pie y caminen por la sala, interactuando libremente con tantos participantes como sea posible, tratando de seleccionar respuestas para el conjunto de preguntas. Después de cinco minutos, se les pide a los participantes que se sienten.
Al final de este procedimiento, el formador elige algunas preguntas e invita a que se compartan respuestas, resumiendo las mismas. El formador alienta a los participantes a mantener la disposición de aprender unos de otros y a que se hagan preguntas.